Cada día se oye hablar de Excelencia en Investigación, pero, ¿qué se entiende por excelencia?
Por lo que parece uno de los objetivos primordiales para conseguir la excelencia es lograr situar a nuestras mejores universidades entre las 100 primeras de Europa y promover los campus universitarios españoles globalmente más competitivos entre los de más prestigio y referencia internacional. Realmente, queda mucho por hacer dado que actualmente a día de hoy, la mejor universidad española, la de Barcelona, está posicionada en el lugar 175 de la lista de las mejores universidades del mundo, de acuerdo con datos recogidos por n-economía a partir del ranking Top Universities. Le sigue de lejos la Universidad Autónoma de Barcelona, situada en el puesto 211, la Universidad Autónoma de Madrid, en el 215 y algo más alejada, la Universidad Complutense que ostenta la posición número 252.
Para conseguir la excelencia, las principales líneas de actuación girarán en torno a la promoción de la especialización y diversificación de las universidades, a reforzar el papel social de la universidad, impulsar la movilidad para estudiar, formarse como investigador y trabajar en otros países europeos y fomentar el acercamiento Universidad-Empresa, potenciando espacios comunes de investigación (líneas básicas de la Estrategia Universidad 2015).
Según Màrius Rubiralta son varios los retos a superar, sobretodo, disminuir el exceso de burocratización y excesiva regulación, aumentar la diversidad en el sistema universitario español, que es excesivamente amplio y homogéneo, ordenar mediante una gobernanza eficiente la excesiva fragmentación de la investigación en las universidades españolas y desarrollar una carrera docente e investigadora socialmente más reconocida y económicamente mejor retribuida.
Yo creo que Màrius Rubiralta acierta en dos puntos principales que otras veces ya he destacado que son el exceso de burocracia en la investigación y sobretodo la incentivación de la carrera investigadora. Actualmente en España muchos de los investigadores lo tienen realmente difícil. El otro día me explicaban el caso de una investigadora que, reconociendo la universidad que se trata de una persona realmente brillante, es decir reconociendo que es un “talento”, no pueden hacer nada para retenerla. Ahora que ha acabado su Doctorado y le han hecho varios contratos “basurilla” para intentar retenerla, no tiene más remedio que irse del país para seguir su carrera investigadora fuera de España. Es la única posibilidad que tiene esta chica de poder volver en unos 2 años a su Universidad e intentar que haya una plaza de profesor para poder seguir su carrera. La verdad es que cada vez que escucho casos de estos y luego leo las iniciativas varias que hay, veo que todavía hay un abismo entre los objetivos que se quieren conseguir y la cruda realidad a la que se enfrentan los investigadores a día de hoy.
Es normal que estos investigadores, que pueden llegar a la edad de 30 años, muchos de ellos con familia y responsabilidades, con contratos "basurilla" y sin perspectivas de mejora o de plaza en su universidad, se vean obligados a dejar su carrera investigadora para entrar en la empresa privada.
Fuente de datos sobre excelencia:
http://www.computing.es/Noticias/200910300008/Las-universidades-espanolas-luchan-por-alcanzar-la-excelencia.aspx
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